Por Juan Pablo Ojeda
En medio de una semana intensa en la Cámara de Diputados, la presidenta de la Mesa Directiva, Kenia López Rabadán, lanzó un mensaje claro: llegó la hora de poner orden dentro del Congreso y recuperar la confianza ciudadana. Con la instalación del nuevo Comité de Ética, la diputada panista aseguró que “no debe haber intocables” y que cualquier legislador podrá ser señalado si actúa fuera de la ley o sin decencia.
López Rabadán explicó que este comité será una especie de “contralor interno moral” del Congreso. Cualquier persona —ya sea ciudadano común, trabajador del recinto o incluso una empresa— podrá presentar una queja contra un diputado que haya cometido una falta ética o una irregularidad. Es decir, si un legislador trata mal a su personal, usa recursos públicos para fines personales o incluso incurre en acoso laboral o sexual, el caso podrá ser revisado por esta instancia.
La diputada fue tajante: “En México no debe haber intocables; no debe haber quienes se escuden en el fuero para hacer daño”. Su postura apunta a desmontar una de las críticas más viejas hacia la clase política: la impunidad que parece blindar a los poderosos.
Más allá del tono institucional, López Rabadán aprovechó para hacer una reflexión más humana. Con voz serena y recién golpeada por una pérdida personal, dijo que la política también debe tener alma. “Soy una mujer de fe”, comentó, y aseguró que la ética no solo se trata de leyes o reglamentos, sino de actuar bien incluso cuando nadie nos ve.
En el contexto de un Congreso que últimamente ha sido escenario de insultos, gritos y divisiones, la diputada reconoció que el lenguaje político “se ha degradado”. Mientras algunos se ofenden por oír la palabra “Dios” en tribuna, señaló, otros se insultan sin pudor. Por eso insistió en la necesidad de regresar a la decencia pública, entendida como respeto, civilidad y responsabilidad.
También abordó el tema del paro de 48 horas anunciado por la CNTE, señalando que habrá coordinación con las autoridades de seguridad para evitar conflictos. Dijo que el derecho a manifestarse es legítimo, pero pidió hacerlo de forma pacífica y sin provocadores infiltrados: “Esperemos que eso haya quedado en el pasado”.
Finalmente, al referirse a las vallas colocadas en Palacio Nacional ante la próxima manifestación del 15 de noviembre, López Rabadán fue directa: “México está exigiendo justicia y seguridad. Es momento de ser sensibles ante esa exigencia”.
Su mensaje dejó entrever una mezcla de fe, firmeza y sentido institucional. En pocas palabras, pidió que el Congreso vuelva a ser ejemplo y no reflejo del enojo social. Porque, como dijo, la ética pública no se predica: se demuestra.