Presupuesto bajo la lupa: Monreal promete ajustes, pero no cambios drásticos

Por Bruno Cortés

 

Mientras en San Lázaro se respira tensión, café frío y trasnochadas, Ricardo Monreal, líder de los diputados de Morena, adelantó cómo será la batalla final por el Presupuesto de Egresos de la Federación. No será una discusión sencilla: se preparan cerca de dos mil reservas, es decir, propuestas para modificar pedacitos del presupuesto que mandó el Gobierno federal. Es como si después de servir el platillo principal, todos quisieran meterle o quitarle ingredientes.

Monreal explicó que primero se votará lo general del presupuesto —el esqueleto— y luego, ya con calma y probablemente sin dormir, analizarán lo particular, o sea, si se cambia o no cada peso que alguien quiera mover. La discusión seguirá temprano, sin nueva sesión, solo con receso para recargar café y paciencia.

¿Qué propone Morena y sus aliados mover? Según Monreal, van a reasignar 17 mil 789 millones de pesos. No es que se gaste más, sino mover dinero de un lado a otro. ¿A dónde quieren mandarlo?

A rubros como:

  • Educación (el más beneficiado),

  • Ciencia y tecnología,

  • Agricultura y el campo,

  • Cultura,

  • Áreas Naturales Protegidas y medio ambiente.

Por ejemplo, hay acuerdo de todos los partidos en regresarle casi 5 mil millones de pesos a la Universidad de Guadalajara, porque sin ese dinero, literalmente no podría operar.

¿De dónde saldrá ese dinero? Principalmente de recortes al Poder Judicial, al INE y otros organismos autónomos. Monreal asegura que las indemnizaciones pendientes del Poder Judicial están protegidas, para que los trabajadores no se queden sin su liquidación.

En seguridad, dijo que no habrá problema, porque parte del dinero ya está asignado a la Guardia Nacional, que ahora forma parte de la Secretaría de la Defensa Nacional. Así que, según él, ese tema ya está “cubierto”.

Lo que viene no será fácil: con más de dos mil reservas, cada partido defenderá sus causas, desde el campo hasta la cultura, y aunque digan que hay acuerdos, lo cierto es que esta discusión tiene todo para convertirse en una maratón legislativa con discursos, reclamos y aplausos estratégicos.

Al final, lo que se debate no es solo dinero, sino qué país se quiere construir para 2025: uno que invierta más en educación y ambiente o uno que mantenga los privilegios de los poderes públicos. Todo se definirá en el Pleno, voto por voto… y café por café.

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