Médicos en formación: del desgaste al respeto humano

Por Bruno Cortés

 

En México, estudiar medicina muchas veces se parece más a sobrevivir que a aprender. Entre guardias interminables, ansiedad, depresión y un sistema que normaliza el cansancio, las y los estudiantes de esta carrera enfrentan un camino lleno de desgaste emocional y físico. Por eso, la diputada Rosalía León Rosas, del PT, levantó la voz para pedir un cambio: que la formación médica se construya sobre el respeto a la dignidad y los derechos humanos, no sobre el abandono ni la violencia.

Durante la conferencia “Hacia una formación médica con perspectiva de derechos humanos, responsable y humanista”, León Rosas señaló que internados, residencias y servicio social no deberían ser campos de supervivencia, sino etapas formativas con disciplina, empatía y acompañamiento. Recordó que los futuros médicos no solo son estudiantes: también son personas con derechos que merecen seguridad, salud emocional y un trato digno.

La diputada subrayó que defender los derechos humanos no es sinónimo de relajar la exigencia académica. Al contrario: significa aprender con más conciencia, responsabilidad y humanidad. Estudiar medicina implica esfuerzo, compromiso y ética, pero ese esfuerzo no debería costar la salud mental ni física de quienes un día estarán salvando vidas.

En el evento también participó Verónica del Refugio Rodríguez, especialista del Inacipe, quien destacó que los estudiantes suelen ser el primer contacto con los pacientes, lo que los coloca en una posición clave para garantizar el derecho humano a la salud. Sin embargo, señaló que tras la pandemia de Covid-19 quedó claro que incluso los derechos de los propios profesionales de la salud son vulnerados, lo que exige que el Estado asuma su responsabilidad en dignificar esta labor.

El llamado fue respaldado por otros actores políticos y académicos, como el diputado Luis Humberto Fernández de Morena y especialistas en salud y derecho, quienes coincidieron en que es urgente replantear cómo se forman los médicos en México. La conclusión es clara: se necesita un nuevo horizonte en el que la exigencia vaya de la mano con el respeto, la empatía y la protección de los derechos humanos de quienes se preparan para cuidar la vida de los demás.

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