México frustra atentado iraní contra embajadora de Israel

Por Juan Pablo Ojeda

 

Las autoridades mexicanas desarticularon un intento de asesinato contra Einat Kranz-Neiger, embajadora de Israel en México, en una operación de inteligencia que involucró cooperación internacional y vigilancia estratégica. De acuerdo con reportes de agencias internacionales, el plan fue orquestado por la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, a través de la Unidad 11000 de la Fuerza Quds, un brazo especializado en operaciones encubiertas fuera del territorio iraní.

El complot se habría planeado desde finales de 2024 y fue neutralizado durante el verano de 2025. Según información de la agencia AFP y del portal Axios, un agente iraní reclutó colaboradores en América Latina con base en la embajada de Irán en Venezuela. Luego regresó a Teherán, desde donde coordinó el desarrollo del atentado, frustrado por las autoridades mexicanas.

Aunque el gobierno mexicano no ha emitido un comunicado oficial, fuentes de inteligencia confirman que la amenaza fue detectada y desactivada con la colaboración de agencias extranjeras. Israel, a través de su Ministerio de Relaciones Exteriores, agradeció públicamente la intervención de México. “La comunidad de inteligencia y seguridad israelí continúa trabajando incansablemente, en plena cooperación con las agencias de todo el mundo”, declaró el portavoz Oren Marmorstein.

El intento de ataque se da en un contexto de tensión creciente entre Israel e Irán. Desde el bombardeo israelí contra un complejo diplomático iraní en Damasco en 2024 —que dejó varios altos mandos muertos—, las hostilidades entre ambos países se han intensificado. Teherán respondió con misiles y drones, e Israel replicó con bombardeos sobre territorio iraní un año después, con más de mil víctimas y la participación indirecta de Estados Unidos.

La Fuerza Quds, responsable del complot frustrado, ha sido señalada por múltiples intentos de ataques contra diplomáticos israelíes y figuras judías alrededor del mundo. Sin embargo, esta vez, la conexión que más preocupa a las agencias internacionales es el posible vínculo entre el crimen organizado mexicano y grupos extremistas de Medio Oriente.

Según el Centro de Política de Seguridad de Estados Unidos, Hezbollah —grupo libanés apoyado por Irán— mantiene lazos con cárteles mexicanos como Los Zetas, que habrían facilitado operaciones de lavado de dinero, tráfico de drogas y contrabando. Aunque no existe coincidencia ideológica entre ambos, comparten intereses logísticos, utilizando las mismas rutas clandestinas para movilizar recursos.

Uno de los casos más notorios es el del libanés Ayman Joumaa, acusado por Estados Unidos en 2011 de coordinar envíos de cocaína desde Colombia hacia Los Zetas. Joumaa habría lavado cientos de millones de dólares mediante redes financieras en Líbano y México, sirviendo como enlace entre Hezbollah y organizaciones criminales mexicanas.

Informes de inteligencia también revelan que Irán y Hezbollah han establecido al menos 17 centros culturales en América Latina, utilizados como puntos de contacto con cárteles locales. Incluso se sospecha que impartieron entrenamiento en técnicas de explosivos y construcción de túneles, similares a los utilizados en Gaza, para el contrabando de armas hacia territorio estadounidense.

Este tipo de operaciones recuerda al complot frustrado en 2011 en Washington, donde la Fuerza Quds intentó asesinar al embajador saudí en EE. UU., utilizando como intermediarios a supuestos miembros de Los Zetas. El plan fue desmantelado tras la infiltración de un informante de la DEA.

Para Mike Vigil, exjefe de Operaciones Internacionales de la DEA, este nuevo intento confirma una tendencia peligrosa: “Los Zetas fueron pioneros en tácticas de terrorismo que luego adoptaron otros cárteles mexicanos. La alianza entre crimen organizado y grupos extremistas es una amenaza transnacional que exige cooperación constante”.

El caso no sólo exhibe la creciente influencia de Irán en América Latina, sino también el papel de México como punto clave en la lucha contra redes terroristas internacionales. Mientras los gobiernos de Israel y Estados Unidos evalúan nuevas medidas de seguridad diplomática, México se posiciona en el centro de un tablero geopolítico donde confluyen intereses criminales, ideológicos y estratégicos a escala global.

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