Ciudad de México, 10 de noviembre de 2025. La Ciudad de México vivió un fin de semana dedicado a la memoria y la identidad cultural en el Monumento a la Revolución, donde cientos de personas se reunieron para disfrutar de la Muestra de Cine de Pueblos Indígenas y Afrodescendientes ECAMC 2025. El encuentro, organizado por PROCINECDMX en conjunto con el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) y la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, tuvo como propósito difundir y reconocer las voces, lenguas y cosmovisiones de comunidades históricas que han aportado al tejido social del país.
Durante el 8 y 9 de noviembre, la Plaza de la República se convirtió en una sala de cine al aire libre con la proyección de ocho obras realizadas en lenguas como zapoteco, chatino, mixteco, ayuuk, tsotsil, náhuatl y español. La programación incluyó largometrajes y cortometrajes apoyados por el Estímulo a la Creación Audiovisual para Cineastas Indígenas y Afrodescendientes de México y Centroamérica (ECAMC), además de la exhibición especial de La vida de una familia ikoods, de la reconocida cineasta Teófila Palafox.
La muestra no solo permitió el encuentro con historias que abordan la resistencia, la maternidad, la infancia y el vínculo ancestral con la tierra, sino que también abrió un espacio de reflexión sobre la importancia de reconocer y proteger el patrimonio cultural vivo que representan los pueblos originarios y afrodescendientes.
De acuerdo con la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, promover estas narrativas contribuye a fortalecer la cohesión social y la valoración de la diversidad lingüística, pues México es hogar de 68 pueblos indígenas y más de un millón de personas afrodescendientes, cuyas lenguas y tradiciones continúan enfrentando procesos de desplazamiento y marginación.
El evento contó con la participación de cineastas que conversaron con el público, compartiendo la relevancia de filmar desde la comunidad y para la comunidad. Missael Sánchez, director de Techiq, explicó que recuperar las historias heredadas por sus abuelos fue una forma de preservar el conocimiento ancestral: “Muchos ya no recuerdan o no conocen estas historias. El cine nos ayuda a mantener vivas las palabras antiguas”.
Para asistentes nacionales y extranjeros, la muestra representó una oportunidad para acercarse a la riqueza cultural que habita en los territorios originarios de México. “Estas películas nos recuerdan que en toda América compartimos raíces profundas”, expresó Ana, visitante de Barranquilla, Colombia.
Al cierre, la proyección de La Raya, de Yolanda Cruz, ofreció una mirada íntima sobre la migración y el sentido de pertenencia, resaltando la resiliencia que emerge en los contextos de cambio y despedida. Con sensibilidad, la obra invitó al público a reflexionar sobre lo que significa permanecer y recordar.
Cada historia proyectada reafirmó que el reconocimiento a los pueblos indígenas y afrodescendientes no es un acto simbólico, sino un paso necesario para construir un país más justo, plural y consciente de sus raíces. La Muestra ECAMC 2025 se posiciona como un espacio que contribuye a la preservación de la memoria colectiva a través del arte cinematográfico, donde la diversidad cultural se asume como un valor social que fortalece la identidad nacional.